
Todo aquel que cree que Jesús es Dios es, por definición, cristiano, pero probablemente conozcas a cristianos que no sean católicos. Pueden ser luteranos, metodistas, bautistas, evangélicos o de cualquier otra índole. Pero ¿qué hace que la Iglesia Católica sea diferente?
Desde el principio, cuando Jesús fundó la Iglesia, la dejó con unas características muy claras:
- La Iglesia Católica es UNA: un solo conjunto de creencias, estamos unidos como el único cuerpo de Cristo en la tierra y somos guiados por el único Espíritu Santo.
- La Iglesia Católica es santa. Obviamente, esto no significa que ninguno de nosotros, como individuos, seamos completamente santos. Todos somos pecadores, pero como Jesús es perfecto, Él trae esa santidad a su Iglesia. Y a través de nuestro bautismo y los demás sacramentos de la Iglesia Católica, participamos de su vida perfectamente santa. Sí, pecamos, pero los sacramentos también nos dan la gracia de apartarnos del pecado para que podamos crecer en santidad.
- La Iglesia es católica, pero en este uso la palabra significa universal o que lo abarca todo. La Iglesia Católica existe para todos los tiempos, lugares y personas. La Iglesia Católica siempre y en todo lugar guía a todos a la salvación.
- Y, por último, la Iglesia Católica es apostólica. Jesús nos dejó líderes visibles, el papa y los obispos, cuya autoridad se remonta a los primeros apóstoles elegidos por el mismo Jesús.
Estas se llaman las 4 marcas de la iglesia, y tenemos un juego para tu familia que te ayudará a descubrir algunas de las maneras en que la Iglesia Católica se distingue como Una, Santa, Católica y Apostólica.
Y al final de esta lección, tendremos una sección sobre la unidad cristiana. Sin duda, existen diferencias entre las distintas denominaciones, pero también hay una larga lista de cosas que todos tenemos en común y que vale la pena conocer y celebrar.